¿Sabías que los gatos se vuelven intolerantes a la lactosa al pasar de los años?
Sí, los gatos también pueden ser intolerantes a la lactosa. Pero primero hablemos de qué se trata este tipo de intolerancia.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir la lactosa debido a la deficiencia de una enzima llamada lactasa. La lactasa se encarga de descomponer la lactosa en azúcares más simples que pueden ser absorbidos por el cuerpo. Los gatos, a medida que crecen, tienden a disminuir gradualmente la producción de lactasa, por lo que su capacidad para digerir la lactosa se ve afectada.
La principal razón es porque los gatos son animales carnívoros y, naturalmente, no necesitan consumir leche una vez que han dejado de ser amamantados por su madre. Esto conlleva a que su sistema digestivo se adapte a una dieta basada principalmente en carne.
Cuando los gatos se vuelven intolerantes y consumen leche o productos lácteos, la lactosa no digerida llega al intestino grueso, haciendo que las bacterias presentes en el tracto gastrointestinal fermentan la lactosa. Esta fermentación causa síntomas incómodos en tu michi, como: diarrea, vómitos y malestar estomacal.
La buena noticia es que existen alternativas a la leche para gatos
Si tu gato disfruta de los placeres de los lácteos, puedes encontrar alternativas seguras y saludables. Por ejemplo, hay leches especiales para gatos disponibles en el mercado que están formuladas sin lactosa y son más fáciles de digerir para ellos. También puedes optar por ofrecerles agua fresca y una dieta equilibrada y adecuada a sus necesidades nutricionales.
Recuerda siempre consultar con tu veterinario en Dogtor's Cat para obtener más consejos sobre la alimentación adecuada para tu gato y asegurarte de satisfacer todas sus necesidades nutricionales.